jueves, 2 de mayo de 2019

Crónicas de un Aspirante. Aniversario.

"Gracias por hacer la rutina más llevadera; gracias por la compañía."

Hace 365 días no me habría esperado estar en esta precisa posición, rodeado de muchas palabras diarias, de correcciones y revisiones, atrincherado entre kilos y kilos de periódico y los cotidianos cigarros rojos o "de Diva".

Solemos festejar los cumpleaños, conmemorar a los caídos en jornadas especiales y hasta crear eventos anuales absurdos, pero, son pocas las veces en donde nos sentamos a pensar y plantear con certeza el camino, lo que nos mantuvo aquí y nos habrá de dar más razones para estar, para seguir.

Los primeros pasos eran ciertamente intimidantes, no sólo por esas murallas amarillas que me rodeaban, sino por las portadas que colgaban de la pared, y que a diario me exigían la excelencia, y si no, algo muy cercano a ella.

La rutina inicial se volvió aburrida apenas a los siete días, los sábados eran solitarios, me sentía mecanizado al prender la computadora, hacer llamadas e imprimir archivos; y en apenas un mes ya estaba cuestionando todo, ya sentía que no pertenecía.

Y entonces el destino da giros y obra de formas no esperadas, y subes un escalón y tienes un mentor; te llega el primer reto y la adrenalina te mantiene con vida incluso cuando ya la madrugada ha alcanzado a esa guarida de murallas amarillas. 

Ese escalón me hizo aprender, me dio "súper poderes" también, como el poseer tiempo, espacio y personas en mis manos, podía acomodar sus fortunas como yo lo deseara y, un día, así como el poder llegó, se esfumó; cambié de corredor y descubrí otra vocación... 

Caminando entre adoradores de la muerte y bajo un cielo aplomado, asumí que no siempre es divertido tener las venturas y desventuras en tus manos, pues a veces es mejor ser testigo de los que caminan descalzos en procesiones, o de quienes cabalgan durante horas y horas, sólo para honrar la memoria de una Revolución que nos dejó más preguntas que respuestas. A veces es mejor ser testigo del día a día los floricultores de Tenango de las Flores.

Y también por lapsos vuelve a obrar la mano misteriosa que da poderes, pero te condiciona y exige un sacrificio, y con pesadez en el pecho asumes que ese sacrificio no correrá por tu cuenta, pero lo tomas y buscas llenar de orgullo a quien te enseñó todo, y superar incluso sus sabias enseñanzas... 

Y heme aquí, luego de un año, después de hacer llamadas, convertir infiernos en algo bonito y escribir para comer, estoy en un punto inmejorable, en donde ahora hay más razones para ser impecable; estoy ahora en un punto donde las prisas sólo aparecen cuando se requiere un respiro cerca de la fuente, y si existía alguna forma perfecta para iniciar un nuevo año, debo decir que hace poco ha llegado... 

¡Gracias por los primeros 365 días, que sean bienvenidos los días que aún resten!
¡Gracias por los últimos días, son bienvenidos los que traigas contigo!


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